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Aqua Bolívar: sembrarán dos millones de alevinos para impulsar la pesca y como respuesta a la crisis que viven los pescadores por la contaminación
La Gobernación de Bolívar ha lanzado la estrategia ‘Aqua Bolívar’, un plan que contempla la siembra de dos millones de alevinos de bocachico en los cuerpos de agua del norte del departamento.
Anunciada este miércoles primero de octubre, la iniciativa busca inyectar vida y esperanza a las comunidades que dependen de los ecosistemas acuáticos, pero que hoy luchan por sobrevivir ante la contaminación crítica y los severos efectos del cambio climático.
Liderada por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural en articulación con la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca (AUNAP), Aqua Bolívar promete ser más que un simple repoblamiento. Se presenta como una medida de urgencia para garantizar la seguridad alimentaria, proteger la biodiversidad en declive y reactivar la economía pesquera que se ha visto diezmada en el norte de Bolívar.
“Estamos contentos de anunciar este proyecto que busca un bienestar colectivo para toda la familia, pues facilita el alimento, mejora la economía y ayuda a preservar la biodiversidad de nuestro departamento”, expresó Víctor Galvis, secretario de Agricultura y Desarrollo Rural.
La siembra comenzará este jueves 2 de octubre en Soplaviento y Calamar, con planes de impactar directamente a ocho municipios en cuatro fases de liberación. Sin embargo, la alegría del anuncio viene inevitablemente acompañada por la sombra de una crisis ambiental que ha deteriorado los hábitats naturales.
Los peces desaparecen en
cuerpos de agua contaminados
La estrategia Aqua Bolívar emerge como una respuesta directa a una realidad alarmante: la drástica reducción de especies nativas como el bocachico, el bagre y el moncholo en ciénagas, caños y ríos del norte de Bolívar, particularmente en la zona del Canal del Dique.
La estrategia se desplegará en cuatro fases de liberación, con impacto directo en ocho municipios del departamento. La primera cita será este jueves 2 de octubre en Soplaviento y Calamar, a orillas del Canal del Dique, donde comunidades enteras presenciarán cómo miles de pequeñas vidas acuáticas regresan a su hábitat natural, iniciando un ciclo de esperanza para pescadores y familias.
Durante las últimas dos décadas, el sector pesquero artesanal ha enfrentado un colapso debido a dos factores interconectados:
1. Contaminación industrial y doméstica: Los cuerpos de agua han sido históricamente receptores de vertimientos sin tratamiento de zonas urbanas y, en algunos casos, de desechos agroindustriales. La alta concentración de metales pesados y residuos orgánicos ha alterado la calidad del agua, afectando el ciclo reproductivo de los peces y poniendo en riesgo la salud de los consumidores. Esta contaminación ha vuelto a vastas zonas acuáticas inhóspitas para la vida, lo que ha reducido drásticamente la captura.
«Este proyecto que busca un bienestar colectivo para toda la familia, pues facilita el alimento, mejora la economía y ayuda a preservar la biodiversidad de nuestro departamento
» Víctor Galvis, secretario de Agricultura y Desarrollo Rural.
2. Impacto del cambio climático y sedimentación: La alteración de los patrones de lluvia y las sequías prolongadas, sumadas a las intervenciones humanas en los cuerpos de agua, han generado un fenómeno de sedimentación masiva e hipersalinidad en ciénagas clave. Los niveles bajos de oxígeno y la alteración de la temperatura son incompatibles con la reproducción del bocachico, cuyo ciclo de vida depende de las crecientes de los ríos para migrar y desovar.
La crisis que ha llevado a la pobreza a los pescadores
Para los pescadores artesanales, esta crisis no es solo ambiental, es una crisis socioeconómica que ha empujado a miles de familias a la pobreza y al desplazamiento hacia actividades informales.
La generación de alevinos por parte de la AUNAP y la Gobernación es, por lo tanto, la inyección de capital biológico que necesitan estos ecosistemas para no morir.
Sembrar futuro y promover la conciencia
Con la siembra masiva, la Gobernación de Bolívar espera incrementar los ingresos de los pescadores artesanales y generar un efecto dominó positivo en la economía local. No obstante, el éxito a largo plazo de Aqua Bolívar requiere un compromiso social y político que vaya más allá de la simple repoblación.
La iniciativa busca promover de manera urgente las prácticas de pesca responsable y la consolidación de un modelo de desarrollo sostenible. Los pescadores deberán adoptar medidas como el uso de mallas con el tamaño de ojo adecuado para permitir el escape de juveniles y respetar los periodos de veda, permitiendo que los alevinos sembrados tengan tiempo suficiente para crecer y reproducirse.
Víctor Galvis subrayó que el proyecto no solo siembra peces, sino que “siembra futuro: más alimento, más oportunidades y más sostenibilidad”. Sin embargo, las autoridades distritales y departamentales tienen el reto de acompañar esta medida con planes de dragado y saneamiento ambiental que ataquen la raíz del problema de contaminación.
Si no se frena la descarga ilegal de contaminantes y no se gestionan los efectos de la sedimentación que estrangulan los cuerpos de agua, los dos millones de alevinos solo serán un paliativo temporal en una cuenca que se está asfixiando.
La invitación final de la Gobernación es a la ciudadanía a reconocer el valor de los recursos hídricos como patrimonio, un paso esencial para garantizar que este proyecto de repoblamiento se convierta en una verdadera recuperación ambiental y económica para Bolívar.
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